El valor de las palabras.

Si hubiera de ponerse un candado en cada una de las bocas, el mejor oficio de este mundo sería el de cerrajero.

Anónimo.


Quien habla todo lo que le place, ha de escuchar lo que no le place.

Alceo.


A veces hablamos mucho y decimos poco. Para expresar más, conviene pensar más.

Nonoré de Balzac.


Cuando no se piensa lo que se dice es cuando se dice lo que se piensa.

Jacinto Benavente.


Lo que se sabe sentir se sabe decir.

Miguel de Cervantes.


La palabras tienen alas, pero no vuelan nunca a donde nosotros queremos.

George Eliot.


Las palabras son una medicina para el alma que sufre.

Equilo.


La elocuencia es el arte de abultar las pequeñas cosas y disminuir las grandes.

Isócrates.


Si los que hablan mal de mí supieran exactamente lo que pienso de ellos, aún hablarían peor.

Sacha Guitry.


Quien sabe hablar, sabe también cuándo han de hacerlo.

Pitágoras.

Varios, ciencia, tecnología, vida moderna.

En los tiempos antiguos no tenían estadísticas, así que  tenían que echar mano a las mentiras.

 Stephen Leacock.


Un experto es alguien que ha cometido todas las equivocaciones que se pueden cometer pero en un campo muy estrecho.

Niels Bohr.


Es imposible combinar la tarea de calentar leche con cualquier otra cosa de la índole que sea.

H. F. Ellis.


Vivir en la tierra puede que sea caro, pero incluye un viaje anual gratis alrededor del sol.

Asleigh Brillant.


Las citas por ordenador están bien, si eres un ordenador.

Rita May Brown.


Fumar es una de las principales causas de estadísticas.

Fletcher Knebel.


El tipo que inventó la primera rueda era un idiota, pero el que inventó las otras tres, ¡Bueno!, ese era un genio.

Sid Caesar.


Compré algunas pilas, pero no iban incluidas.

Steven Wright.


Biologicamente hablando, si algo te muerde, lo más probable es que sea hembra.

Desmond Morris.


Cualquiera que diga que se lo ha comido un lobo es un embustero.

J. B. Therberge.

Miguel de Cervantes Saavedra.

No puede haber gracia donde no hay discreción.


Tanto se pierde por una carta de más como por una carta de menos.


Las sentencias cortas, se derivan de una gran experiencia.


Es tan ligera la lengua como el pensamiento, y sin son malos los embarazos de los pensamientos, las empeoran los partos de la lengua.


Hay algunos que se cansan de saber y averiguar cosas que, después de sabidas y averiguadas, no importan un ardite* al entendimiento ni a la memoria.


Quien necio es en su villa, necio es en Castilla.


La baja fortuna jamás se enmendó con la ociosidad ni con la pereza.


No hay recuerdo que el tiempo no borre ni pena que la muerte no acabe.


Quien mucho desea, mucho teme.


Retirarse no es huir, ni esperar es cordura cuando el peligro sobrepuja** a la esperanza.


En andar tierras y comunicar con diversas gentes hace a los hombres discretos.


A los afligidos no se les ha de añadir aflicción.


Contra el callar no hay ni castigo ni respuesta.


No hay mejor bolsa que la caridad.


De las miserias suele ser alivio una compañía.


*- Moneda de escaso valor, sin valor.

**- Soprepasa, excede, etc...

Es lo que tiene el castellano antiguo.

Refranes Clásicos (Z)

Zapatero ramplón, cada zapato un resbalón.


Zapato de tres, el último que llega no lo ve.


Zumbido de moscarda, a muchos acobarda.


Zapatilla sin cordón, barca sin patrón.


Zorra que duerme de día, por la noche anduvo de cacería.


Zurdo o zocato, con la derecha rompe el plato.


Zanjas tapan algunos, de tanto arrastrar el culo.


Zumo de uva, para algunos es fortuna.


Zapatero a tus zapatos.


Zamora no se ganó en una hora.


Zumo de limón, zumo de bendición.


Zurra a la gente, y te dirán valiente.


Zanahoria borracha, pan y centeno, llenando la tripa , todo está bueno.


Zurra que te zurra, y así andará la burra.


Zurito asado, buen bocado.


Zurrón de mendigo, nunca henchido.


Zumo de uva suave, ¡que bien me sabe!

Confucio.

El hombre más elevado es el que obra antes de hablar y es consecuente con lo  que practica.


Conocerás a los hombres el día que descubras lo que hay en común en nuestros corazones.


El hombre de honor lleva la verdad con él y está libre de rendir cuentas a la hora de su muerte.


No todos los hombres pueden ser ilustres, pero si todos pueden ser buenos.


Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla.


Gobernar significa rectificar.


Saber que uno sabe lo que sabe. Saber que uno no sabe lo que no sabe; ésta es la verdadera sabiduría.


El sabio está siempre sentado en la orilla. El necio está siempre debatiéndose entre las olas.


El sabio cuida principalmente la raíz.


El que no sabe lo que es la vida, ¿cómo sabrá lo que es la muerte?


Aprende a vivir y sabrás morir.


No he visto todavía  a nadie que ame tanto la virtud como se ama la belleza física.