martes, 12 de marzo de 2013

Napoleón Bonaparte.


El más peligroso de nuestros consejeros es el amor propio.


Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo.


El hombre no se destaca en la vida sino dominando un carácter o creándose uno.


Es bueno abrir alguna vez las tumbas para conversar con los muertos.


El infortunio es la comadrona del genio.


Todos los hombres tienen la misma parte de felicidad.


Quien practica alguna virtud sólo con la esperanza de alcanzar así un gran nombre, está próximo al vicio.


El método más seguro de permanecer pobre es ser una persona franca.


Cada soldado lleva en su mochila un bastón de mariscal.


La guerra es para el hombre un estado natural.


La guerra es un arte singular. Yo he sostenido sesenta batallas y no he aprendido más de lo que sabía cuando sostuve la primera.


Un general que ve con los ojos de otro nunca será capaz de mandar un ejército como es debido.


A veces una batalla lo decide todo, y a veces la cosa más insignificante decide la suerte de una batalla.


En Francia, las bagatelas son cosas grandes; la razón, nada.


En Francia abundan los hombres de talento, pero ha escaseado siempre hombres de acción y de caracter fuerte.


Es propio del caracter francés insultar a los reyes.




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