lunes, 3 de septiembre de 2012

Una buena cabeza, Napoleón Bonaparte.


Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse a él, es como abandonar el campo de batalla sin haber luchado.


Es más seguro interesar a los hombres por medio de lo absurdo que por medio de ideas justas.


Quien sabe adular sabe calumniar.


Del espíritu al buen sentido hay más distancia de lo que se piensa.


Todo en la vida está sujeto a cálculo.


Es vil y deshonroso calumniar a los desdichados.


El hombre no se destaca en la vida sino dominando su carácter o creándose uno.


Nada tan difícil como decidirse.


Un ejército es un pueblo que obedece.


Un ejército que no se recluta acaba por capitular.


La envidia es una declaración de inferioridad.


Es necesario seguir los caprichos de la fortuna y corregirla cuando se pueda.


No hay pueblo malo para un buen gobernante, como no hay malos  ejércitos cuando los generales son buenos.


Un hombre de Estado debe tener el corazón en la cabeza.


Todo el mundo quiere que los gobiernos sean justos, y nadie lo es en los gobiernos.









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