El andar de la madre lleva la hija,
siempre saldrán los cascos a la botija.
El que va a la romería, se arrepiente
al otro día.
En martes, ni te cases ni te embarques.
El que roba a un ladrón, tiene cien
años de perdón.
El que fue a Sevilla, perdió su silla.
En casa del herrero, cuchara de palo.
En la mesa y en el juego, se conoce al
caballero.
Es mas el ruido que las nueces.
En casa de mi vecino, cuando no hay
para pan, hay para vino.
El día que te casaste, buena cadena te
echaste.
El que tonto fue a Madrid, tonto volvió
a venir.
El melón, por el pezón.
El toro, por los cuernos.
En la iglesia la oración, y en la cama
la función.
El queso sin ojos y el vino, que
aclares los ojos.
El que tuvo, retuvo y guardo para la
vejez.
En casa de la mujer rica, ella manda y
ella grita.
El que la hace, la paga.
El bien pelao y el mal pelao, a los
ocho días emparejao.
Entre marido y mujer, solo paz hay que
poner.
El espejo no sabe mentir, lo que le
dijeron, ha de decir.
El que de día no ve, de noche se
espulga.
En el estomago de pobre, lo que sobre.
En santo y santa que mea, nadie crea.
El vino y la verdad, sin aguar.
Estiércol y suegra, bajo tierra.
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